Muchas son las dudas que surgen a la hora de visualizar éste programa de forma periódica. ¿En serio tratan así a su madre? ¿Cómo pueden comportarse de ese modo delante de las cámaras? ¿De veras se rehabilitan del todo? ¿Cuánto tiempo pasa desde las primeras imágenes a las últimas? ¿Están sobre-actuando?  Si en el capítulo rompen cristales y puertas en repetidas ocasiones,  ¿están todos los días rompiendo cosas? En definitiva, ¿hay gente así de verdad?

Habrá gente que sabe responder a varias de las preguntas. Algunos lo habrán hablado con sus amigos y tienen ciertas opiniones que han puesto en común. Otros, quizás, aún no se las han cuestionado. A lo largo del post intentaré desmontar algunos tópicos falsos de Hermano Mayor y confirmar otros.

Primero, y sobre todo para aquellos

que no hayan tenido ocasión o que

simplemente no se hayan decantado

por ver algún capítulo, me gustaría

comentar, brevemente, de qué va

(Link si éste es tu caso: Hermano Mayor).

Pues bien, se trate de un programa en

el cual Pedro García trata a jóvenes

problemáticos, con edades comprendidas entre los 18 y 21 años. Estos chavales suelen ser consumidores habituales de drogas, conflictivos en el núcleo familiar y generalmente agresivos. Pedro, gran ex-jugador de waterpolo y ex-adicto a sustancias, intenta sacarles de ese peligroso mundo, empezando por aprender a valorar lo que tienen y, entre ello, sus padres, a los que habitualmente maltratan física y/o psicológicamente. Éste podría ser un breve resumen del programa.

Partiendo de que todos ya habéis visto algún que otro programa, ahí van algunas de las respuestas a las muchas preguntas que nos solemos formular:
Primero. Prácticamente todo es real. ¿Qué nos hace pensar justo lo contrario? Pues que todo va demasiado rápido; que el mozo/a sufre un cambio drástico rápidamente. El programa suele durar alrededor de 60 minutos y la terapia que aplican al joven puede durar semanas… semanas en las que, en ocasiones, los padres llegan a abandonar el hogar varios días para que sus hijos sean tratados individualmente mediante psicólogos. Con lo cual, pasa mucho más tiempo del que nos imaginamos inicialmente.

Empecemos desde el principio. ¿Cómo funciona Hermano Mayor?. El programa tiene un casting; no entran todos y cada uno de los jóvenes arrastrados por su madre. Algunos se considera que no son muy graves y no merecen ser tratados. Otros, son tan complicados de tratar, que creen no poder salvarlos, por lo que no son acogidos en el programa.

Los padres, hartos y desolados sin saber qué hacer con sus criaturas, llaman en busca de ayuda. Eso sí, el hijo ha de ponerse de acuerdo y acceder a ser filmado SIEMPRE que se desee (salvando excepciones obvias, claro). Si no, no hay programa. A cambio recibe terapia y dinero. Las cámaras graban prácticamente las 24 horas. De éstas, unas se quedan en el hogar filmando siempre y otras no, por eso unos planos son fijos y estáticos pudiendo haber sido rodados a las tantas de la mañana, mientras otros son con cámara al hombro y, evidentemente, con un cámara tras ella.

NO SON ACTORES. Estos chicos tienen de verdad problemas. Bien por culpa de los padres al darle una incorrecta y poco dedicada educación en la infancia, bien por malas amistades de la adolescencia, porque se les ha consentido todo, por motivos económicos… Quizás un cúmulo de todas hace que gente así exista y que de verdad traten así a sus padres.

¿Cómo puede ser que se comporten así incluso delante de las cámaras?. Ésto es algo que se pregunta mucha gente. Al fin y al cabo, son conscientes de que los va a ver mucha gente. ¿Por qué no aparentar normalidad en la vivienda?. Ellos se han comprometido a ser tratados, ya sea por el incentivo económico o porque sus padres, cansados, les han convencido-obligado. El caso es que ya no se pueden echar para atrás. Partiendo de esta base, y teniendo en cuenta que son rodados prácticamente las 24h durante semanas, los chicos acaban acostumbrándose a ser grabados. A esto se le suma que empiezan a cansarse de tanta cámara y lo que en un principio iba a ser algo fácil con dinero de por medio, se torna hacia algo en lo que no soportan. Y es que, como se puede comprobar, todos empiezan muy "modositos" pero cuando Pedro les obliga a hacer tal cosa, a trabajar en ésto que odian, a reprocharles lo que le hacen a sus familiares y, en definitiva, a hacer cosas que ni quieren ni suelen hacer, comienzan los primeros problemas y enfrentamientos.

Cuando vemos que rompen cristales, dan patadas a puertas o golpean a sus madres, es la fase en la que el “hermano mayor” está presente en la casa. Generalmente, antes de empezar a grabar, Pedro les comenta a madre e hijo que se sienten en tal sitio y hablen de sus problemas. Aquí empiezan las trifulcas. Además, si no os habéis dado aún cuenta, en repetidas ocasiones la madre despierta al hijo temprano, les mandan limpiar u ordenar tal cosa, les quitan el movil… el programa hace que la madre “pique” al chico para que éste salte y quede muy reflejado que se trate de un joven agresivo con problemas. Y son estos los momentos que más nos impactan y que, en algunas personas, hacen creer que todo es falso y que son “actorazos”.

Otra de las dudas es si, al finalizar el programa, de verdad se ha consigue reeducar, alejar del mundo de las drogas y de que traten a sus padres como deben. Ésto varía mucho dependiendo de factores como el grado de implicación de los chicos a lo largo de las varias semanas, de si van a poner de su parte tras finalizar la terapia, de si van a dejar de consumir… Lo que está claro es que si ni si quiera en el mismo programa se consigue siempre un final feliz, muchos de los jóvenes, pasados meses y terminada la presión que ejerce el equipo en ellos, vuelven a ser los mismos que eran antes de que Pedro pasara por su casa.

En definitiva, se trata de un Coach educativo dirigido a jóvenes con verdaderos problemas. El programa se monta y pierde realismo a favor del morbo, pero quitando los momentos en los que los chicos explotan (que espero haber dejado más o menos claro cómo y porqué sucede), y obviando que no todos los finales son felices y que sólo un porcentaje consigue salir de ese mundo, es más realidad que ficción.